Mi reflexión sobre Salud Mental Materna
"Esta pendiente e un poco tramboliko, hay que saber subir y bajar". Sabias palabras del amigo de un video-meme que al final podrían describir la vida misma y la maternidad.
Esta semana fue la Semana de la Salud Mental Materna y lo primero que me empezaron a aparecer fueron publicaciones que hablan sobre el posparto. Y sí, sé que puede ser difícil. Todo es nuevo, la mayoría de lo que nos pasa no es nada parecido a lo esperado, y es un momento que nos agarra cargadas de hormonas que también hacen lo suyo con nuestras emociones.
Luego “pasa”, nos vamos “acostumbrando”, encontrando el “balance”... ¿A quién le queremos mentir? Hay días en que sí, pero en muchos otros esas son solo frases armadas.
Es que la maternidad es un sube y baja constante, una montaña rusa de emociones que sí puede arrancar en el posparto y aflojar un poco después, pero que no se va.
La maternidad es lidiar con sentimientos ambivalentes casi a diario:
Querer estar más, pero necesitar tu espacio.
Querer volver atrás, pero no imaginarte la vida sin ellos.
Querer pasar a la siguiente etapa, pero llorar cuando te das cuenta que una se termina.
Querer estar pendiente de todo, pero sentir que te consume el peso de la carga mental.
La maternidad es dudar de tus decisiones y de vos misma. Es analizar cada cosa que hacés con ojo clínico y sentir culpa por todo lo que podrías estar haciendo mejor, como esa mamá que viste en las redes, para después darte cuenta de lo mágico que es que ellos solo te quieran por el hecho de existir, de estar ahí el rato que puedas, de verlos, de ser vos.
La maternidad es mirarlos a ellos y ver a veces tu reflejo en el espejo más duro. Es preguntarte “¿de dónde saca esa terquedad?” para darte cuenta de que es tuya, pero no menos tuya que la capacidad para decir te quiero mil veces al día.
Ser mamá es un mambo que no queda solo en unos primeros meses. Es un caos lindo que crece con ellos, en el que muchas cosas se van aclarando con el paso del tiempo solo para traer espacio para nuevos dilemas y desafíos.
Cuando en los primeros meses de mi maternidad alguien me hacía el clásico comentario de “niños chicos problemas chicos, niños grandes problemas grandes” de verdad creía que era imposible que fuera más complicado…siempre uno siente que está peor que el otro. Pero ahora que lo veo con un poco más de perspectiva se me hace imposible responder a la pregunta que me hacen a veces de qué etapa es más difícil o cúal se disfruta más, porque simplemente son distintas.
Maternar puede ser lo mejor y lo peor en cualquier etapa en la que estemos y por eso es importante encontrar nuestros grupos de apoyo o espacios en donde podamos compartir, expresarnos y hacer catarsis sin filtros.
Encontrar también espacios que nos conecten con nosotras mismas fuera del rol de mamás y contar con gente que nos permita darnos la chance de priorizar también esos momentos tan necesarios para estar bien.
Nada es más normal, como seres humanos y no solamente como madres, que a veces estar bien y a veces simplemente no, a veces sentirnos desbordadas hasta llorar o “tener truenos en la cabeza” (gran concepto de un libro que le compré a Fonchi para que él también pueda entender la complejidad y variedad de las emociones que tenemos todos).
Me acuerdo de que con mi bebé recién nacido algunos conocidos me hicieran comentarios asumiendo que todo era felicidad y responder a esos mensajes con palabras como “sí, estamos copados”, “divino”, “felices”, sintiéndome que estaba escondiendo parte de la verdad o directamente que les estaba mintiendo. Al final no era mentira, pero es cierto que tampoco era toda la verdad. Que la verdad era mucho más rica, mucho más amplia…imposible de expresar en un DM de Instagram. Igual que cuando te cruzás un conocido por la calle y te saluda con un inocente “¿todo bien?” y quizás, justo ese día, respondiste con un “¿todo bien, vos?” en piloto automático sin entrar en detalles de que por ahí no estaba todo tan bien como otras veces.
Aceptar que no todo es siempre color de rosa no significa que no ames a tus hijos, no significa que no quieras tu vida tal cual está hoy. Solo quiere decir que sos persona.
Lo importante es que todo esto es más fácil si se comparte, si nos sentimos comprendidas, apoyadas y acompañadas.
Ay Emi nunca me sentí tan identificada como con tus reflexiones … que agradable es poder sentirse apoyada en tantos aspectos que a veces uno se pregunta si solo le pasa a una